sábado, 5 de enero de 2013

1x02 - El espectáculo




-¡Suéltame!, ¡No tenéis derecho a hacerme esto ahora! Maldita sea, ¡¡que me dejes!!. –Alguien estaba siendo arrastrada por un pasillo subterráneo que conducía a una sala cuadrada, en donde había un espejo rectangular que cubría todo el largo de la pared.


-¿Qué me vais a hacer? –Preguntaba asustada. ¡No entiendo lo que está pasando! Por favor, suéltame, por favor. –Sabía que nada bueno le esperaba.


El hombre que la llevó a rastras hasta esa habitación la tumbó en una camilla que había en medio de la misma y la inmovilizó de pies y manos con unos seguros de acero. Él vestía con unas botas, vaqueros y suéter negro. Por la parte de la espalda tenía un grafismo: era una pieza de puzle con cadenas...







Ella lloraba asustada, no recordaba cómo había llegado hasta ese lugar, solo desde el momento en que estiraban de ella por el pasillo.


El hombre salió de la sala y cerró la puerta de hierro con seguro. La joven no veía nada, estaba todo a oscuras. De pronto, un gran foco de luz blanca iluminó la sala, y ella solo intentaba liberarse, pero era imposible. Volteó, desesperada, la mirada hacia el espejo. Estaba despeinada, con el maquillaje corrido y un tacón roto.




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Vrrrr!…..vrrrr!….vrrrr!… el móvil estaba vibrando sobre la cama. 


-¿Quién es? –Preguntaba Lucía, la prima de Sara, a Marc, su novio.


-MARC: Debe ser Carla, últimamente está muy pesada, cada vez que sabe que estoy contigo no para de enviarme whatsapps, creo que la voy a bloquear.


-LUCÍA: Me pone enferma esa chica, no entiendo por qué no le has dejado las cosas claras, igual lo que le hace falta es que se lo aclare yo. –Espetó con tono seco y un poco harta de la situación.


-MARC: Nena, no seas paranoica. Entre ella y yo no hay nada.-Se levantó de la cama y abrazó por la cintura a su novia, que se hacía una coleta alta frente al espejo. La besó en el cuello repetidas veces.


Marc era un chico alto, con buen cuerpo, se cuidaba mucho e iba todos los días al gimnasio. Conoció a Lucía en el instituto, cuando iban a 2º de bachillerato, hace cuatro años. Él repitió varios cursos. Después del primer año de carrera de Lucía, tras unos meses de colegueo, formalizaron su noviazgo. Ambos eran mayores que Sara y Natalia,  ella tenía 25 y él 27.


-LUCÍA: Estoy lista.-Se volteó hacia su novio y juntos sonrieron cariñosamente.


-MARC: mmm.. me encanta cómo hueles, eres preciosa. Se le acercó más y le lamió el lóbulo de la oreja.


-LUCÍA: Marcc… ehh..no, ahora, no. Tenemos que irnos, venga.


Marc se quedó parado, con cara de “no me puedes hacer esto”, pero finalmente se recompuso, y ambos salieron de la habitación. La iba a llevar a ver una obra. Por primera vez desde que la vida de su familia dio un giro de 180 grados salían a divertirse...



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[Flashback]

Jueves anterior a la desaparición de Natalia y Sara. Facultad de Tarongers. Valencia.


-Recuerden que el próximo jueves termina el plazo para entregar la memoria de las prácticas que hemos realizado durante todo el cuatrimestre. -Espetó Alexandra, la profesora de Regulación Sectorial del Turismo. 


-SARA: esta tía es una creída, se piensa que por tener 34 años y ese cuerpo todo el mundo la mira, y por eso va con esos aires de superioridad. 


-NATALIA: ya ves, pero no te pongas así porque tú no tienes nada que envidiarle, eres de las chicas más impresionantes que he conocido, cari. 


Natalia le sonrío con cariño mientras se lo decía, y Sara le devolvió el gesto. La gente recogía los libros y los apuntes de las mesas y se apresuraban a salir de la facultad. Era jueves, último día de clases y tenían un largo fin de semana por delante.


Sara y Natalia eran dos grandes amigas que no tenían secretos entre ellas y se querían mucho. Iban juntas a todas partes desde que se conocieron en primero de carrera. Estaban acabando tercero, y solo les restaba uno para graduarse. 


Mientras bajaban las escaleras anchas para salir del edificio se cruzaron con Carla, otra de las chicas que estudiaba con ellas.


-CARLA: ¡hola chicas! Mirad, mi hermana y yo hemos organizado una fiesta en la casa del pueblo y queremos invitaros, va a venir mucha gente, creo que sois de las pocas que me faltaba por invitar y confirmar, porque vais a venir, ¿no? –Les soltó de golpe y corriendo, con tono muy alegre y sin apenas darles tiempo para que reaccionaran.


Sara y Natalia se quedaron paradas y mirándose fijamente, no les hacía falta más para saber lo que pensaba la una y la otra. Al mismo tiempo dijeron que bien, ya que si iba a haber mucha gente sería divertido. Sara, no obstante, era mucho más decidida que Natalia, pero a las dos les gustaba salir de fiesta. Además, no era la primera que Carla y Ruth, su hermana, planificaban, y si tenían  fama de algo era precisamente de buenas organizadoras de esta clase de eventos.


Entre tanto, alguien bajó rápidamente las escaleras y empujó fuerte de un lado a Sara, que sorprendida, le gritó al hombre que tuviera cuidado la próxima vez, que tampoco estaban obstaculizando el paso, pero aquél siguió su camino hasta que Sara lo perdió de vista cuando salió de la facultad.


-CARLA: ¡vale, perfecto! Pues entonces os espero donde siempre pasado mañana. La gente comenzará a venir sobre las seis de la tarde. ¡Nos vemos chicas! –Y así fue como se despidió y se alejó por delante de ellas.



[Fin flashback]


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-¿Qué obra me llevas a ver?-Preguntó Lucía contenta.


-MARC: ya lo verás, seguro que te gusta. –Sonrío mirándole a la cara, pero pensativo, como si tuviera la cabeza en otro lado…


-Pues si no nos damos prisa vamos a llegar tarde, ¡no queda nada para que comience!


Ambos caminaban de la mano y, dado que iban justos de tiempo, se apresuraron. Lucía tenía el novio perfecto, que a menudo solía complacerle en todo lo que podía. Se querían mucho.



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-Buenas noches señores y señoras. Pueden ir sentándose en sus butacas, el espectáculo comenzará en breves minutos. –Expresó una voz masculina y grave por el altavoz de la sala.


La gente comenzó a pasar frente al escenario, e iban ocupando sus asientos correspondientes. Llevaban un panfleto con el estreno del día. Hacía un mes que se estaba promocionando.


-Tengo ganas de verlo. No puedo esperar más.


-Sí, la actuación de hoy promete bastante.-Comentaban dos hombres adultos mientras se acomodaban.







La sala tenía un aforo máximo de 25 personas, y se habían vendido todas las entradas. De pronto, las luces se apagaron. El espectáculo iba a comenzar.


-Por favor, cojan los mandos que tienen en los reposabrazos y pulsen la actividad que deseen. Como ya saben, la más solicitada será la escogida. Muchas gracias y disfruten de la noche.-Anunció la misma voz masculina por el altavoz.


Segundos después, una pantalla en la parte trasera de los respaldos de cada butaca mostraba el resultado de la votación. 


-Bff.. esto va a estar muy bien.-Se recompuso otro de los hombres allí presentes.


-Creo que tenías razón, esto me va a encantar. –Le comentó una silueta femenina a su acompañante, del que no se separaba. –Habían llegado tarde, y la gente les miraba descaradamente, solo les distraían…


-Que comience el espectáculo. –Terminó por pronunciarse a través del altavoz.



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Los padres de Sara y su hermano trataban de seguir con sus vidas, pero la desgracia que les había caído encima también les había marcado profundamente. Habían repartido folletos con la foto de las chicas desaparecidas por toda la ciudad y las limítrofes. Al contrario que la familia Expósito, tenían fuerzas para luchar y hacer justicia. Organizaban manifestaciones, y trataban de estar presentes en los medios siempre que podían para que no se olvidase en España de lo sucedido. Querían justicia, hechos, y no palabras.



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-Te dije que no podíamos confiar en esa niñata, ¡ya visteis que casi echa a estropear todo!


-¡Te quieres callar, joder! Tú también tienes parte de culpa de todo esto, no estaba entre los planes lo que nos ha tocado hacer, ¡gilipollas!


-Oye, oye, relájate, te recuerdo que yo desde un principio me opuse a que alguien tan joven formara parte del negocio.


-Svetlana, cierra esa puta boca y ves a hacer lo que tienes que hacer. Hostias?! ¿no te parece suficiente ya con lo que tenemos?! –Dijo perdiendo los nervios y estampando su puño contra  la mesa.


-Luego no me vengas lloriqueando cuando no contéis conmigo. –Y Svetlana salió de la habitación dirigiéndose hacia otro de los despachos.



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Alguien abrió la puerta y con un protector de plástico cubría su cara. También vestía una bata negra sobre la que se veía el grafismo de la pieza de puzle encadenada.


-No, espera!!!, no!!!! Por favor!!! No me hagas nada!! Te lo suplico!! Por favor!!! Por favor!!!!


El público aplaudía emocionado y se retorcía en las butacas. Algunos se masturbaban.


El ruido de la motosierra era espeluznante, pero a los tímpanos de ese público sonaba a gloria, a éxtasis, a goce. 


-Señores y señoras, esperemos que estén disfrutado de este espectacular estreno. –Los gritos de esa chica eran ensordecedores… y la sangre salpicaba en todas direcciones, al suelo, sobre su agresor no identificado, sobre las pareces, y sobre el espejo que tenía delante, que no era otra cosa sino una cristalera desde la que el público contemplaba el espectáculo.


-Entre las opciones que tenían disponibles había dos novedades, y no habéis podido resistir a la tentación. –Se anunciaba nuevamente por el altavoz. –Recuerden que en el pabellón 3 pueden solicitar otro de nuestros servicios. Disfruten de la noche.



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No han pasado ni dos meses desde la desaparición de las jóvenes Natalia y Sara cuando aparece el cuerpo sin vida y descuartizado de otra de las compañeras, Carla Santana, de 23 años. En estos momentos, un amplio despliegue policial controla la zona acordonada y lleva el caso bajo secreto de sumario, aunque todo apunta a que los casos de la desaparición de las chicas de Viver y la recién fallecida están relacionados…  Las jóvenes eran compañeras de….

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Nueva York. Hora punta.







Un hombre de mediana edad, entorno a los 53 años, iba en taxi a trabajar. Su aspecto no era muy agradable, pero vestía impecable. Sentado en la parte trasera, junto a la ventanilla derecha, pasaba el rato que duraba el recorrido con su tablet.

El taxista miraba de vez en cuando por el retrovisor. La radio estaba sintonizada y retransmitían las noticias.

El pasajero, mientras tanto, estaba realizando alguna operación.

(Pantalla tablet del pasajero):

-Pack doble. 

-Pago de reserva: 4.500€. Resto pago, previo al servicio.

----->Realizar transferncia bancaria.



 

1 comentario:

  1. Hola.

    He leído los dos capítulos que hay de la serie. Está muy bien. Impactante la escena del espectáculo! :)

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